¿Dónde naciste?

En Vilafranca del Penedès.

¿Dónde vives?

Ahora mismo, en Barcelona.

¿Dónde trabajas?

Trabajo por mi cuenta desde el 2008.

¿Cuál ha sido tu trayectoria profesional?

Estudié en Elisava del 2000 al 2004. Durante este tiempo pude aprovechar los veranos y algún invierno para hacer prácticas en diferentes agencias y estudios en Barcelona, Dusseldorf y Munich. Después trabajé cuatro años en dos estudios de referencia de Barcelona, toormix y Vasava. A finales del 2008 recibí un premio que me dio reconocimiento internacional, el Yong Guns que ahora otorga el One Club de Nueva York. Ahí ya empecé a trabajar por mi cuente. Desde entontes trabajo para clientes internacionales del sector de la cultura, el arte y la publicidad. He vivido y trabajado en Nueva York, Los Ángeles y Ámsterdam. Desde el 2010 he dado conferencias en universidades, museos y congresos de todo el mundo, como el museo del diseño de Nueva York, el museo de arte contemporáneo de Washington o el de Beijing. Este otoño se publicará el primer libro monográfico sobre mi obra de la mano de la editorial inglesa Counter-Print Books.

¿Qué es el diseño para ti?

Definiría el diseño como el arte de dar forma al contenido. Cuando yo diseño procuro también crear un vínculo con el consumidor, generar una emoción que se pueda impregnar en la memoria.

¿Quién te inspira profesionalmente hablando?

Me inspira mucho todo aquello que es previo a la era digital, desde la artesanía hasta la caligrafía, el arte o el diseño. Antes de la aparición de los ordenadores los artistas, los diseñadores dedicaban más tiempo a proyectar y crear. Se nota mucha diferencia en la calidad (hablando en términos generales) a partir de los 90, cuando el diseño se democratizó. Pero, por otro lado, también me interesa muchísimo todo aquello que tenga relación con las últimas tecnologías, como la inteligencia artificial, el 3D, el código, así como la manera de humanizarlo a través del uso de técnicas ancestrales.

¿Cómo definirías tu paso por Elisava?

Me costó un poco adaptarme al principio, pero a partir de tercero encontré un espacio donde compartir inquietudes con otros compañeros y fue una experiencia muy enriquecedora.

¿Qué te ha marcado más de todo lo aprendido en Elisava?

Mi PFE me marcó muchísimo. Tuve la suerte de poderlo hacer con Connie Mendoza y Albert Cano. Ellos me ayudaron a construir una base para todo lo que viniese después: me ayudaron a pensar cómo quería ser de mayor. Todavía le echo un ojo de vez en cuando.  

Un consejo.

Un consejo que siempre he dado a mis alumnos es que vayan a la suya, que disfruten de lo que hacen y no crean demasiado a su entorno.

Un reto de futuro.

Seguir aprendiendo con las mismas ganas de siempre. Esa es la clave, creo :).